Tuve toda la intención de ir a la Reserva Nacional de Paracas pero el oleaje estaba fuerte y era peligroso navegar. Así que en vez de eso, visitamos un viñedo cerca, observamos el proceso de creación de vinos locales, catamos pisco y otros licores, observamos una increíble bodega con antigüedades de la zona, probamos el ceviche y otras delicias.
¡Fue un exitoso plan B y no me cabe duda que la ciudad de Ica tiene muchos otros rincones que valen la pena explorar!